NO ESTAMOS BIEN. ¿DEBEMOS IR A TERAPIA DE PAREJA? Leave a comment

Cada pareja es un mundo, y está clarísimo que en un mundo puede ocurrir de todo. Llevar adelante la convivencia del día a día no es algo para nada sencillo, sobre todo cuando son muchos años de relación. Vamos a analizar lo que ocurre si en algún momento dices: “no estamos bien… ¿debemos acudir a una terapia de pareja?”.

Lo importante en la mayoría de los aspectos de la vida es mantener una situación de equilibrio. Y es cierto que las relaciones de pareja tienen de por sí una gran complejidad. No alcanza sólo con quererse, sino que debe procurarse equilibrar la pasión y el compromiso. La comunicación es otro de los aspectos clave para que toda relación pueda crecer.

Cuando no se ponen de acuerdo

Es algo natural, y que ocurre en la mayoría de las relaciones. Los motivos de discusiones pueden ser variados. Y hay muchas oportunidades en las que no tienes la capacidad de solventar ese intercambio de opiniones. Ese puede ser el preciso momento en que necesites la ayuda de un profesional.

Cuando los dos integrantes de la pareja asumen que el problema es compartido, y que están dispuestos a tratarlo juntos, es cuando se llega a la terapia de pareja.

Qué es una terapia de pareja

Puede definirse como un proceso que se lleva a cabo por un profesional, cuyo objetivo es mejorar una situación concreta de la relación de pareja.

La terapia de pareja surge cuando se detecta algún problema que podría estar poniendo en riesgo el futuro de esa relación.

Puede ser necesaria por alguno de estos motivos. O bien porque la pareja ha detectado que hay una serie de conflictos que son muy relevantes, o porque quiere solucionar algunos problemas que ya están presentes en la relación.

De manera habitual, detrás de estos inconvenientes hay una cierta insatisfacción en lo que se refiere a la relación. Y muchas veces, también existe falta de comunicación.

Te enumeramos algunas de las causas que puedan conllevar a la necesidad de tener una terapia de pareja:

  1. Una infidelidad.
  2. Convivencia pésima.
  3. Celos excesivos.
  4. Falta de comunicación.
  5. Dependencia emocional.
  6. No tener metas en común.

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